La Sierra de Gredos ha sido uno de los grandes redescubrimientos que ha experimentado el vino español a lo largo de la última década. Aunque los viñedos del entorno de San Martín de Valdeiglesias (Madrid) y la comarca de Méntrida (Toledo) gozaron de cierta fama en el siglo XVII, cuando sus vinos abastecían las tabernas de la capital del reino de España –e incluso se gastaban en la corte–, luego fueron menospreciados como origen de bebedizos vulgares y peleones. La mala fama de los vinos de Gredos se extendió durante siglos, especialmente durante el s XX, cuando la viticultura de la región estuvo dominada por cooperativas con criterios cualitativos poco rigurosos.
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