Los requisitos de la normativa Demeter son más elevados de lo que se exige a los productos ecológicos y refrendan la apuesta de Marañones y de todo Alma Carraovejas por la biodinámica.
Bodega Marañones es la primera bodega del ecosistema de Alma que obtiene esta certificación y pasa a ser una de las pocas de España que pueden presumir de ello.
Con casi 25 hectáreas de viñas certificadas en biodinámica, la finca Marañones es un ejemplo de excepcional biodiversidad y de una viticultura consciente adaptada al entorno. En Marañones llevamos desde el año 2022 trabajando para obtener esta certificación y hoy podemos decir que lo hemos conseguido. La producción agrícola y el procesamiento de la materia prima en bodega, desde ahora, tienen un nuevo sello que ratica nuestra visión holística y nuestro querer ir más allá; autoexigiéndonos mucho más e interpretando y adaptándonos en extremo al ritmo que marca la viña.
A partir de la añada 2024, podremos incluir en nuestras etiquetas la certificación en Agricultura Biodinámica. La 2023 ya cuenta con certificación ecológica. Para dar este paso, elegimos trabajar con una de las certificadoras más exigentes: Demeter, que requiere un mínimo de dos ciclos para completar el proceso inicial de certificación. Por si hay dudas, contar con un viñedo ecológico certificado —algo que venimos desarrollando no solo en Marañones, sino en todos los viñedos de Alma Carraovejas en los últimos años— es un requisito indispensable para optar a la certificación biodinámica.
¿En qué consiste la biodinámica en el sector vitivinícola?
La biodinámica es una filosofía y forma de entender la agricultura que se basa en los principios de restituir la materia orgánica y las funciones de la tierra en la agricultura. La mejor implicación de la biodinámica se centra en la recuperación de los suelos; en tener en cuenta su microbiología, su entorno, su flora y su fauna.
«Aquí no se habla únicamente de los componentes minerales, sino de toda la microbiología que rodea la tierra y su entorno. Se considera el suelo como un todo: minerales, microbiología, y la interacción entre ambos, siempre con la idea de lograr el equilibrio de la tierra», explica Javier Blasco, enólogo de la bodega, quien también destaca la importancia de los impulsos de la tierra y los ritmos cósmicos que influyen en el viñedo.
¿Por qué Agricultura Biodinámica?
En Marañones, al igual que en el resto de Alma, nunca es suficiente. En nuestra búsqueda constante por elaborar vinos que emocionen a quienes los catan, exploramos nuevas técnicas en viticultura que, curiosamente, nos llevaron de vuelta al pasado. Exactamente hasta 1922, cuando el filósofo Rudolf Steiner presentó el método de agricultura biodinámica. Una forma de viticultura que exige un alto nivel de compromiso y dedicación, con múltiples formas de interpretación y adaptación para cada cultivo, todo con el objetivo de obtener plantas más fuertes y resistentes.
La agricultura convencional ha ido siempre mejorando la productividad a costa de todo y ha olvidado ciertas bases como que la planta vive del suelo. La agricultura ecológica es un avance, en ese sentido, de la agricultura convencional y te obliga estar pendiente de las enfermedades, del cultivo y de la materia orgánica.
La biodinámica es el salto: ya se debe tener en cuenta la microbiología, los impulsos cósmicos y todos los factores que están alrededor. Es estar cerca del cultivo.
¿Qué tratamientos realizamos?
«Los trabajos que realizamos en los viñedos según la filosofía biodinámica nos permiten tener un viñedo mucho más equilibrado. Dependiendo del año habrá unas aportaciones u otras», explica Javier Blasco.
Los tratamientos habituales son el preparado 500, el preparado María Thun, y el preparado de sílice. «Todo esto contribuye a mejorar la salud de nuestros suelos, incrementando la actividad microbiológica y su esponjosidad. Esa mejor salud se traduce en una mayor resistencia a enfermedades y un mayor vigor, siempre que exista materia orgánica efectiva y de calidad.» También realizamos las podas en lunas descendentes, lo que nos permite que la savia esté más abajo en la planta y así lograr una mejor reserva de cara a la brotación y al resto del ciclo.