Los trabajos y los días

En Marañones creemos que es necesario tener un compromiso con la tierra para poder desarrollar con honestidad nuestros vinos.
Este compromiso lo aseguramos mediante el cuidado esmerado y el cultivo respetuoso de nuestros viñedos y de los parajes en los que se encuentran.
Nos preocupamos de manera especial de que nuestra uva sea de la mayor calidad posible de modo que pueda reflejar perfectamente la viña y su entorno de la manera más

honesta y sincera. Estos son los ejes esenciales que definen nuestra forma de entender la vitivinicultura.
Para la elaboración de nuestro vino buscamos la coherencia entre las características de cada terruño, el trabajo tradicional realizado en el cuidado de cada viña y del paisaje que la rodea, y una la intervención enológica respetuosa, de modo que podamos expresar lo que resulta más singular o interesante de cada parcela.

Marañones asume el principio de la agricultura biodinámica basado en la interdependencia entre todos los elementos que conciernen al viñedo para entenderlo y tratarlo como un ecosistema integrado. Conscientes de la dificultad de medir el éxito de la viticultura biodinámica, consideramos que esta forma

de abordar el cultivo es muy coherente con la visión y filosofía integral del viñedo de Bodega Marañones. En nuestra experiencia, la salud y vigor de los parajes es mayor, y la evolución en los vinos refleja mejor el carácter y particularidad del viñedo.

Prestamos especial atención a los ritmos de la Naturaleza y del Cosmos. El ciclo lunar, sus fases, nos ayudan a determinar algunas tareas en el campo y en la bodega. La poda, el compostaje, el embotellado, procuramos hacerlos en los ciclos lunares más propicios.
La dinamización de suelos mediante el preparado 500 y 501, el abono con compost orgánico, las infusiones con extractos vegetales y el semillado, son algunas de las tareas que venimos realizando desde hace unos 5 años en todas las viñas en las que elaboramos vinos de paraje o parcela.

El conocimiento de nuestros suelos es algo que nos ha preocupado siempre, dado que es uno de los elementos expresivos que buscamos en nuestros vinos. Con motivo de las plantaciones que realizamos en el 2013 y 2016 de 4 Ha. de nuevo viñedo, hicimos un esfuerzo aún mayor para analizar los componentes fundamentales de cada parcela, realizando analíticas detalladas y cursos de formación que nos han permitido aplicar las medidas correctoras que en cada parcela eran necesarias.

Primavera

Trabajamos orientando nuestros esfuerzos a mejorar el vigor de nuestro viñedo y a reforzar los suelos

Poda en verde
Su objetivo principal es eliminar los brotes secundarios para que la savia y los nutrientes de la cepa se concentren en los brotes que hemos definido en la poda de invierno.

Suelos
Aplicamos dinamizadores de preparado de boñiga 500. Tratamos de edificar la estructura del suelo regulando su PH. Algunas parcelas se labran con tiro animal.

Planta
Las infusiones de valeriana que ayudan a una mejor floración, las de ortiga que evitan enfermedades, las de milenrama que reducen el nivel de azufre y oxidación, son tratamientos homeopáticos que realizamos normalmente en primavera y que algunos repetimos en otoño.

Verano

En esta estación en la que la planta ya ha formado su fruto y debe conseguir su maduración, es importante controlar el nivel de follaje de las plantas y aplicar si es preciso algún infusionado de milenrama.

Otoño

Tras la vendimia se prepara el viñedo para el ciclo agrícola anual. Comenzamos los trabajos de dinamización de suelos que se harán hasta la primavera.

Compostaje
Es esencial para la viticultura orgánica. Entendemos que el mejor compostaje es el del estiércol de las vacas que pastan en nuestros prados.
El preparado de sílice nos ayuda al aumento del vigor de la planta, reforzando los efectos de la luz solar. Reafirma las plantas pero a las vez les aporta flexibilidad, mejorando la calidad nutritiva.

Invierno

Continuamos con los trabajos de dinamización de suelos, realizando además otras tareas fundamentales.

Poda en seco
La iniciamos, una vez que la cepa está en estado vegetativo y antes de que tenga nuevos brotes.

SiembraSembramos en suelos tratados con el preparado 500 que permite el desarrollo adecuado de las leguminosas y la formación de nudosidades, lo que en suelos con pendiente es muy eficaz.

Albillo Real

Variedad local utilizada como uva de mesa en el siglo XIX. Porte rastrero y ciclo corto. El vino destaca en nariz por la presencia de olores que recuerdan a flores blancas. En boca destaca por el alto contenido en glicerina que hace que sea muy envolvente.

Garnacha

Variedad tradicional en la Sierra de Gredos. Adaptada a suelos con alta mineralidad, permite elaborar vinos equilibrados y elegantes que se significan en nariz con recuerdos a frutos rojos y a paisaje de sotobosque.

Moscatel de Grano Menudo

Variedad local, minoritaria, plantada junto al Albillo. Dependiendo del año permite una vinificación en dulce o seco. Variedad de temprana floración pero de maduración tardía. Bajo rendimiento.

Morate

Variedad local, identificada normalmente como Aragonesa o Morenillo. Su ciclo vegetativo es largo, la producción es irregular, racimos y bayas grandes. Viñedos dispersos en la comarca.

La elaboración de los vinos blancos

La elaboración de los vinos blancos se basa en una maceración pelicular pre-fermentativa en frío, prensa neumática suave. Desfangado natural (24horas) y crianza con sus lías finas en barricas de roble francés de 500 a 700 litros de tostado ligero y medio, y también empleamos foudres de 1200 a 5000 litros de roble francés

La elaboración de los vinos tintos

Los vinos tintos están principalmente fermentados con el racimo entero, en depósitos de roble francés de 30, 45 y 115 hectólitros, haciendo pigeage. Maceraciones delicadas. <br>Fermentación alcohólica a baja temperatura. Tanto la alcohólica como la maloláctica se realizan de manera natural en barricas por parcelas. Crianza en barricas de roble francés de 500 a 700 litros y en foudres de 1500 a 3000 litros.